UN INCIO DE 2022 MARCADO POR LA GUERRA EN UCRANIA
01. La invasión de Rusia a Ucrania era uno de los eventos geopolíticos de riesgo que afrontábamos este año, así lo mencionábamos en nuestro último informe trimestral.
02. Vimos una rápida y coordinada actuación por parte de occidente a nuestro parecer acertada.
03. No somos partidarios por ahora de incrementar las posiciones de riesgo en las carteras de inversión. Aunque sí, realizar diferentes ajustes tácticos.
Iniciábamos el año 2022 con mucha esperanza de llegar al ansiado fin de la pandemia. Se estimaba un año de una fuerte recuperación económica, con unas altas previsiones de crecimiento en la mayoría de las regiones y continentes, pero eso sí, afrontando un cambio en la política monetaria aplicada por la mayoría de los bancos centrales, subiendo los tipos de interés, reduciendo la liquidez a los mercados financieros y eliminando los estímulos de apoyo a la economía fijados durante la pandemia.
Con este escenario, se estimaban unos buenos resultados empresariales, así como, una mayor apuesta por los activos de riesgo en las carteras de inversión apoyada por un crecimiento económico por encima de tendencia, y en contra, una menor inversión en activos conservadores, en su mayoría de renta fija, los cuales podían continuar sufriendo en un entorno de tipos de interés muy bajos y con un escenario de subidas de tipos.
A nuestro parecer, este sigue siendo el escario central, aunque obviamente tras los acontecimientos del pasado 24 de febrero se ha visto modificado negativamente.
La invasión de Rusia a Ucrania es uno de los eventos geopolíticos de riesgo que afrontamos este año, así lo mencionábamos en nuestro último informe trimestral. A pesar de ello, no pensábamos que se materializase de la forma en que lo ha hecho, desencadenando una guerra en Europa no vista desde la segunda guerra mundial. Ante ello, vimos una rápida y coordinada actuación por parte de occidente, a nuestro parecer acertada, como fue la aplicación rápida de diferentes sanciones económicas a Rusia y la no inclusión de la OTAN en el conflicto, lo que hubiera podido provocar una expansión del conflicto a nuevas regiones de actuación.
A partir de ahí, continúan los ataques bélicos de Rusia, muy bien contrarrestados por el espíritu patriótico del pueblo ucraniano y un estancamiento en las negociaciones, sin desenlaces claros a fecha de hoy. A pesar de la tristeza del conflicto, la principal afectación ha sido el incremento del precio de las materias primas, sobre todo del gas y petróleo, del cual Rusia es el principal exportador a la Unión Europea, generando una alta inflación en occidente y una disminución del crecimiento estimado, tanto para Europa como, en menor medida, para los Estados Unidos.
A partir de ahora se pueden dar muchos de escenarios, pero citaríamos dos como principales; el primero sería una solución política relativamente rápida del conflicto, donde el presidente ucraniano el Sr. Zelenski aceptara gran parte de las propuestas del Kremlin, llegando a firmar la paz. Este sería el mejor escenario para los activos de riesgo, ya que provocaría subidas en las bolsas, reduciría el precio de las materias primas e inflación, tendría un menor impacto en el crecimiento económico y, a su vez, podría propiciar la actuación acorde de subidas de tipos por parte de los bancos centrales, sobre todo de la FED.
El segundo, sería un estancamiento total del conflicto con un incremento de los ataques y armamento utilizado, donde Ucrania se siente fuerte en la defensa y no acepta las proposiciones del Kremlin para llegar a un acuerdo, donde nadie quiere ser el perdedor. Por parte de occidente, se continuarían aplicando nuevas sanciones a Rusia y estas serían contestadas por el Sr. Putin. Esto provocaría que el precio de las materias primas continuara siendo muy elevado, así como el de la inflación, provocando parones en las cadenas de producción y reduciendo los márgenes de las compañías, afectando considerablemente al crecimiento económico y aumentando el riesgo de estanflación.
Por el momento, los mensajes sobre una solución al conflicto son contradictorios y la visibilidad aún es muy reducida, por lo que no somos partidarios de incrementar las posiciones de riesgo en las carteras de inversión, aunque sí realizar diferentes ajustes tácticos para intentar paliar los efectos negativos del conflicto y adaptarnos al nuevo escenario económico.
Continuaremos siguiendo muy de cerca los acontecimientos en un año de elevadas incertidumbres.
Desde Gestcap damos todo nuestro apoyo a las familias y al pueblo ucraniano.
