UNO DE LOS PEORES TRIMESTRES PARA LOS MERCADOS FINANCIEROS
01. La renta fija en el primer semestre ha tenido el peor comportamiento de su historia y el S&P el peor desde 1970.
02. Únicamente el dólar y las energéticas han aportado rentabilidades positivas en el año.
03. En los niveles actuales no es aconsejable realizar grandes cambios en las carteras de inversión ya que podría llevarnos a consolidar pérdidas, difíciles de recuperar en un futuro próximo.
Como exponíamos en el informe del primer trimestre, el panorama geopolítico, lejos de solucionarse, se ha complicado, provocando el peor escenario para los mercados financieros. La renta fija en el primer semestre ha tenido el peor comportamiento de su historia y el S&P el peor desde 1970. El estancamiento del conflicto entre Rusia y Ucrania ha provocado un continuo incremento en los precios de las materias primas y, como consecuencia, una inflación cada vez más elevada. Ante este escenario, las políticas de los bancos centrales se han vuelto más agresivas de lo esperado, sobre todo la de la FED, con continúas subidas de tipos, llegando a subir un 0,75% en la última reunión, dejando los tipos de interés en el rango 1,75-2% y con una estimación de tipos para finales de año superior al 3%.
Estas elevadas expectativas de subidas de tipos han provocado fuertes caídas en los mercados financieros, tanto en renta variable como en renta fija, en el primer caso debido a la bajada de valoraciones y un decremento de la liquidez, y en el segundo, por los fuertes incrementos en las yields de los bonos, provocando fuertes caídas de precios en los mismos.
Durante el año, no ha habido refugio en los mercados financieros, a pesar de la diversificación de las carteras de inversión, ya que únicamente el dólar y las energéticas han aportado rentabilidades positivas en el año, incluso el oro no ha actuado como refugio y se deja un 1,20% en el año.
En este punto nos surgen dos preguntas principales, por un lado, si las economías desarrolladas entraran en recesión, y, por el otro, cuando tocaran suelo los mercados financieros. Obviamente son dos preguntas muy difíciles de contestar con rotundidad, pero os dejamos varios argumentos sobre una y otra.
Entendemos que el principal problema es una inflación descontrolada, gran parte de ella provocada por una limitación en la oferta y no tanto por un exceso de demanda. En este caso, si los bancos centrales continúan con una política muy agresiva de subidas, estrangularían la demanda, por lo que existirían grandes posibilidades de que las economías, sobre todo la europea, entraran en recesión. Ante ello, entendemos que los bancos centrales durante el segundo semestre tenderán a ir reduciendo las expectativas de subidas de tipos y tratarán que el aterrizaje de las economías sea más suave de lo que actualmente están descontando los mercados.
Ante este escenario, los mercados de valores podrían descontar algo más en las valoraciones, en este punto también dependerán los “guidance” presentados por las compañías en la presentación de resultados del segundo trimestre, que entendemos serán flojos. La mayoría de las analistas sitúan niveles entre el 3.300-3.400 en el S&P para empezar a tomar posiciones de nuevo.
En un escenario peor, es decir, con mayores subidas de tipos que provocarían una entrada en recesión, entendemos que sería técnica y no estructural, ya que por el momento no se vislumbran desequilibrios importantes en las economías. En este escenario los mercados podrían caer un 10-15% adicional, y entraría en juego el factor psicológico, por lo que hasta que no existiera un cambio importante de tendencia podríamos experimentar periodos de elevada incertidumbre.
Como venimos anticipando, los escenarios para el segundo semestre del año son inciertos y con elevada volatilidad, donde la única noticia que podría cambiar por completo los escenarios sería una desescalada en las tensiones geopolíticas y en concreto en la guerra entre Rusia y Ucrania, que por el momento no se vislumbran. En el mejor de los casos, un control de la inflación y unas políticas monetarias menos agresivas por parte de los bancos centrales podrían ofrecer oportunidades de rebote, tanto en las bolsas como en la renta fija, la cual esperamos tenga un mejor comportamiento en este segundo semestre y actué como diversificador dentro de las carteras de inversión.
Ante ello, entendemos que en los niveles actuales no es aconsejable realizar grandes cambios en las carteras de inversión ya que podría llevarnos a consolidar pérdidas, difíciles de recuperar en un futuro próximo. Estaremos atentos ante posibles cambios importantes en los escenarios planteados que nos pudieran provocar mayores pérdidas o fuertes recuperaciones en los próximos meses.