A pesar de tener un inicio de año complicado, donde la mayoría de conflictos geopolíticos que afectaron a la rentabilidad de los mercados financieros en 2018 siguen abiertos, finalizamos la primera mitad del año con rendimientos de doble dígito en la mayoría de las bolsas mundiales.
Primera mitad del año con grandes revalorizaciones en los mercados financieros.
01. Los datos macroeconómicos continúan mostrando una desaceleración en las principales economías.
02. El mercado descuenta una probabilidad del 100% de que la FED baje los tipos de interés.
03. Veremos si la bajada de los tipos, actúan de catalizador para ver un repunte en la confianza de los consumidores.
Las causas de estas revalorizaciones no están tanto en los datos macroeconómicos, que continúan mostrando una desaceleración en las principales economías, ni en los resultados empresariales, que continúan estando en línea con el mercado, sino en el cambio de paradigma sobre las políticas monetarias aplicadas por los bancos centrales.
Actualmente, el mercado descuenta una probabilidad del 100% de que la FED baje los tipos de interés en la próxima reunión de julio, y se espera que el BCE anuncie nuevas políticas expansivas en las próximas reuniones, las cuales podrían ser: retomar las masivas compras de deuda o bajar aún más los tipos de interés. Esta visión más “dovish” por parte de los bancos centrales ha propiciado una gran revalorización en toda clase de activos.
Por el lado geopolítico, la dimisión de Theresa May en el Reino Unido abre la puerta a que acceda a primer ministro Boris Johnson, alguien con una postura más radical que podría desencadenar en un BREXIT duro.
En el otro lado del atlántico, han sido muchos los titulares sobre la guerra comercial, en la mayoría de casos, aportados por el Sr. Trump vía “tweet”. La principal actuación se propagó en febrero, cuando vimos un frenazo inesperado en las relaciones comerciales entre USA y China, llegando a provocar un incremento de los aranceles por parte de USA, aumentando de 100B a 250B de dólares las importaciones chinas afectadas, con un incremento de gravamen del 10% al 25%.
Aunque en la última reunión del G20 vimos un avance en las conversaciones, se retrasó indefinidamente el aumento de aranceles a China sobre los 300B restantes, y se levantaron algunas de las restricciones sobre Huawei, aunque un acuerdo total, aún parece lejano. Por ello, cualquier acentuación de las tensiones comerciales, ya sea con China o con otras regiones, podría mermar la confianza del mercado y las empresas, retrasar las decisiones de inversión, tener efectos disruptores en las cadenas de suministro internacionales y afectar negativamente a los márgenes.
Con todo ello, afrontamos la segunda mitad del año mucho más cautos y atentos a los diferentes datos macroeconómicos y resultados empresariales reportados.
Veremos si las bajadas de tipos y el respaldo por parte de los bancos centrales a la economía actúan de catalizador para ver un repunte en la confianza de los consumidores, que sigue manteniéndose en niveles elevados, pero que los últimos datos muestran un pequeño declive